Bajo la Mira - Capítulo 07 de julio | La persecución a un delito callejero
Por la denuncia de una mujer que se cansó de los maltratos que vivía, se logró identificar el modus operandi de una red.
La explotación de seres humanos es una preocupación mundial, el delito conocido como trata de personas denigra, esclaviza y no discrimina edad, género o condición social. Los testimonios de las víctimas de estas redes son dolorosos.
Aunque muchos creerían que cuando cae la noche el día termina, hay ciertas zonas de Bogotá que permanecen despiertas para hacer transacciones poco conocidas por los ciudadanos y que quizá no llegan a la televisión.
En el barrio Santa Fe, en pleno corazón de la ciudad, hay una zona que desde el año 2012 se permiten esas actividades que cobran por el cuerpo de mujeres. Aunque en Colombia no es ilegal ejercer la prostitución, muchos de estos clientes podrían haber sido cómplices indirectos de una red criminal que se aprovechaba de la necesidad de ellas.
Algunas mujeres cobran hasta 40 mil pesos por pasar tiempo en privado con hombres, con una parte de ese dinero pagarán la habitación en donde estarán y es realmente poco el dinero que cobran por sus servicios.
Una organización delictiva, perseguida durante meses por inteligencia del Gaula y la Policía, apoyadas de la Fiscalía en medio de la operación ‘Dignidad’ en donde se establece qué pasa con la migración de mujeres venezolanas hacia el centro del país.
Gracias a la denuncia de una mujer que se cansó de los engaños y maltratos que vivía, se logró identificar el modus operandi de la red que meses atrás la había contactado en una ciudad venezolana para ofrecerle beneficios que jamás le dieron.
La trata de personas es calificada como la esclavitud del siglo XXI y se trata de una violación directa de los Derechos Humanos.
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