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Inseguro, mujeriego, machista, obsesivo con el sexo. Es astuto, creativo y sagaz para lograr todo lo que se propone: ser inmensamente rico. En ese proceso se convierte, además, en un hombre frío, calculador, narcisista y egocéntrico, que muestra su poder adquiriendo cosas fastuosas: compra avión, joyas, arte, hasta cambia su forma de vestir por un estilo extravagante que llama todo el tiempo la atención. Iván es aconsejado por Marcia, su amante, con la que lleva el mismo tiempo que con Lucrecia.
Él siente una gran envidia por Sebastián y resiente que desde niño siempre lo hayan comparado con él. Incluso se obsesiona con tener a Gaviota al ver que ella solo tiene ojos para su hermano. Esto aumenta la rivalidad entre ellos hasta extremos casi irreconciliables.
Llevado por esta idea fija de ganarle a Sebastián en todo, no duda en involucrarlo en un negocio ilegal del que no tiene conocimiento, sin importarle las consecuencias. Y es que a Iván no le importa pasar por encima del que sea, incluso de su propia familia para conseguir lo que quiere.
Por estas razones se casa con Lucrecia, con el fin de tener el primer nieto que heredará el 25 por ciento de la fortuna de su padre, con el que tuvo una discusión muy fuerte al enterarse de que no estaba siendo del todo transparente con los negocios familiares. Esta verdad ayudó a trazar el final trágico de Octavio, su padre.