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Hermosa, simpática, arrolladora; se quiere “comer al mundo”. Estudió cocina en Paris, es disciplinada, ama su oficio, le gusta experimentar, investigar, siempre quiere aprender más.
No es una mujer apegada a las reglas, y su apellido es su orgullo por el emprendimiento de sus antepasados y de sus padres, especialmente de su papá con el que se llevaba muy bien.
Ama a su país y quiere trabajar en él. Se le ocurren muchos planes con la hacienda, sobretodo uno en especial: montar un sitio turístico y un restaurante.
En París conoce a un cocinero cartagenero y se enamora de él. Se van a vivir juntos, causando escándalo y revuelo en la familia; primero porque él es de raza negra y segundo porque es de origen muy humilde.
No se la lleva bien con su hermana Paula, ambas pertenecen a bandos diferentes, ni tampoco con ninguna de sus cuñadas, aunque le da pesar en el fondo de Lucrecia porque sabe que es una víctima más de su hermano Iván.
Desde siempre, Marcela se ha entendido muy bien con su hermano Sebastián, es su confidente y su apoyo cuando él se enamora de Gaviota. Lo ayuda a luchar contra el rechazo de la familia e incluso contra sus propias dudas.