Dejémonos de Vargas | Capítulo 14 | Agustín y Camila se sinceran con sus padres
Los Vargas Restrepo toman fuertes medidas para enfrentar su situación económica.
Ramón (Pity Camacho) se entera que el entrenador y los estudiantes que conforman el equipo de fútbol en el colegio de Agustín Julio (Emmanuel Saldarriaga), se burlan de su hijo y que, desde hace 6 años, lo tienen como barrera para los entrenamientos. Por lo anterior, Ramón defiende el honor de su hijo y su reacción se vuelve tendencia en las redes sociales.
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Camila (Melissa Cabrera) se da cuenta de que su mamá, Mireya, (Andrea Guzmán) tiene varias deudas, no sólo ha dejado de pagar el arriendo, y se preocupa por la situación económica en su casa.
Agustín Julio decide confesar a sus papás que a él realmente no le gusta el fútbol y tampoco es bueno en ese deporte. Aunque Ramón no se esperaba esta declaración, escucha las razones de su hijo.
Valentina (Margarita Muñoz) expone a su familia las nuevas medidas que regirán en la casa para cubrir los gastos, ahora que Ramón está sin trabajo. Ramón tendrá que vender su abono de Santa Fe, así como el computador de Agustín Julio y la camioneta también se pondrán a la venta.
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Ramón decide vender sus cosas de Santa Fe para ayudar a Valentina con los gastos, y Valentina le agradece, pues sabe lo valiosas que son esas cosas para su esposo. Aunque Valentina decidió perdonar a Ramón, el periodista aún no puede dormir en su cuarto junto a ella.
Camila decide bailar en los semáforos de Cali para conseguir dinero y ayudar a pagar las deudas de su mamá. Agustín Julio le cuenta a Ramón todas las maniobras que está haciendo Camila para reunir dinero, por lo que Ramón y Valentina buscarán la manera de ayudarla.
Camila se da cuenta que Mireya canceló su cupo en la convocatoria de Santa Fe. La mamá, avergonzada, acepta que lo hizo por egoísmo y porque tiene miedo de perderla. Camila aprovecha para confesarle a su mamá que le gusta más el fútbol que la salsa y a Mireya se le parte el corazón.