Fue campeón de Libertadores y hoy se gana la vida manejando un taxi en Medellín
La vida y sus circunstancias sorprendieron a un viejo conocido de la afición del Blanco Blanco de Manizales.
La vida sorprende a las personas con giros inesperados, llevándolas por caminos que nunca imaginaron transitar y con personas que jamás pensaron conocer. Este es precisamente el caso del futbolista Rubén Darío "Chusco" Velásquez, un nombre que resuena en el corazón de los aficionados del Once Caldas, flamante campeón de la Copa Libertadores de América en el 2004. La vida a él, le ha cambiado mucho y hoy, a diferencia de lo que muchos pensarían, se gana el sustento diario de otra manera muy alejada del mundo del fútbol.
En diálogo con El Colombiano, el exfutbolista mostró lo que es su vida y habló de cómo se gana el día a día en las calles de la capital antioqueña.
Rubén Darío Velásquez fue campeón titular de la Libertadores con Once Caldas
Nacido en Pueblo Rico, Risaralda, en 1975, Velásquez forjó su camino en el fútbol desde temprana edad. Su talento lo llevó a los campos de Los Valderramitas, un club local que, a a la postre, sería el trampolín hacia una carrera llena de éxitos y desafíos.
El ascenso del ‘Chusco’ Velásquez al profesionalismo fue vertiginoso, debutando con el Atlético Nacional en 1995 y luego consolidándose en las filas del Once Caldas en 1997, bajo la dirección del recordado y querido por la afición manizaleña, Javier Álvarez.
Pero fue en Once Caldas donde Velásquez alcanzó la cima del éxito futbolístico. Dos momentos históricos marcaron su carrera: la conquista del título de Liga en 2003 y la gesta épica de la Copa Libertadores en 2004.
“Ya después de haberlo logrado y el sacrificio que se hizo, uno lo ve de otra forma. Yo lo vivo normal. Fue uno de los títulos grandes que se vivió en Manizales y en el país, pero no me enfrasco mucho en esa parte. Para mí es algo de la historia”, comentó el exfutbolista.
El camino de Velásquez en el fútbol no estuvo exento de obstáculos. Después de su paso por otros equipos y enfrentando situaciones complicadas, decidió colgar los guayos a los 33 años. Fue entonces cuando tomó una decisión inesperada: comprar un taxi como inversión. Lo que comenzó como una decisión económica se convirtió en un nuevo estilo de vida para Velásquez, quien encontró en el volante la tranquilidad que buscaba.
Rubén Darío ‘Chusco’ Velásquez representó al país en el Torneo Esperanzas de Toulon
“No tenía la idea de estar vinculado en el fútbol, y pues teniéndolo ahí un día me puse a trabajar en el carro y en eso estoy. No fue que lo tuviera planeado, se fue dando”, dijo el ‘Chusco’ Velásquez en El Colombiano.
Conducir un taxi en Medellín no es solo un trabajo para Velásquez, es una forma de vida. Disfruta de la libertad y la independencia que le ofrece ser su propio jefe, lejos de las presiones y expectativas del mundo del fútbol. Vive feliz en Girardota, rodeado de la sencillez y la calma de un pueblo cercano a la ciudad. Aunque su pasado lo enorgullece, es su presente el que le brinda la verdadera felicidad.
“Como no hice carrera acá en Medellín es mucho mejor. Esa es una de las partes que más me gusta. Por ahí de vez en cuando uno se encuentra alguien que te reconoce, pero no es frecuente”, puntualizó el campeón de Libertadores en 2004.
A pesar de haber alcanzado la gloria en el deporte, Velásquez ha encontrado su verdadero tesoro en la tranquilidad y la sencillez de su nueva vida, recordando con gratitud y orgullo su pasado en el fútbol colombiano.