Crónica: Lionel Messi, el pibe que acabó con el Soccer en La Florida
Hoy, los niños estadounidenses quieren jugar al fútbol. Lanzan el balón por los aires y, sin saber si son diestros o zurdos.
Tic, toc… tic, toc… tic, toc…¡¡Ring!! ¡¡Ring!!
"En Argentina nací
Tierra del Diego y Lionel
De los pibes de Malvinas
Que jamás olvidaré…"
Cada amanecer en La Florida parece ser el mismo y, a la vez, diferente desde aquel 16 de julio, que transformó la vida deportiva, económica y cultural de esta región calurosa de los Estados Unidos. La llegada de Lionel Messi al pequeño, pero millonario Inter de Miami redobló el sonido de los bombos con su fichaje.
Antes, el despertar de los floridanos estaba marcado por un cielo naranja, mientras se apreciaba el sublime fenómeno de ver el sol salir sobre el mar y la luna esconderse en su cara, al tiempo que los pájaros danzaban por los aires. Ahora, todo se eclipsa bajo un manto rosado o albiceleste con el estruendo de los cánticos argentinos.
A sus 36 años, el rosarino gestó una revolución. Era normal ver por las calles de La Florida, un estado de los Estados Unidos ubicado en la región meridional del país, a latinos con camisetas del Real Madrid,Barcelona o de equipos de sus países de orígen, sin embargo, ahora todos quieren lucir esa camiseta rosa con el ‘10’ del Inter de Miami. Niños, niñas, hombres, mujeres, abuelos o abuelas nacidos en la nación norteamericana o fuera de ella hacen eco de esta cruzada.
Fin al soccer
Si algo es bien sabido es que la cultura estadounidense quiere ser única. Quisieron ser pioneros en llegar a la luna, en tener carros eléctricos y en crear sus propios deportes, alejados de los del clamor global. Al béisbol,fútbol americano o baloncesto les implementaron sus reglas. Es tan grande su ego, que al fútbol, esa mágica práctica de 11 hombres contra 11 no lo quisieron llamar fútbol, sino soccer y así ser centro de críticas o burlas. Pero Messi llegó para acabar con el soccer y hacer que se le llame por su nombre: ¡FÚTBOL!
Hoy, los niños estadounidenses quieren jugar al fútbol. Lanzan el balón por los aires y, sin saber si son diestros o zurdos, intentan hacer el control del esférico, evidenciando lo asincrónicos que son. Enredan sus piernas como si tuvieran mangueras en sus extremidades inferiores, pero a ellos no les importa si lo hacen bien o mal, el objetivo es el mismo: patear la pelota, hacer gol y celebrar con los dedos índices apuntando al cielo como lo hace su nuevo ídolo.
Nos cambiaron las reglas, antes era soccer y ahora es fútbol. Es un deporte para débiles, lo nuestro es la rudeza de la NFL
Algo muy común en los Estados Unidos es la congregación de aficionados a los sports pubs para ver los juegos de sus equipos de la NBA, MLB o NFL, pero hasta allí llegó la presencia de Messi y del fútbol. En estos lugares, comunes por tener su barra en el centro, mientras personas que no se conocen hacen un análisis propio de los partidos que están viendo, toman su cerveza o ven a otros asistentes en las mesas de billar pool o tiro al blanco, ya hay una invasión masiva de publicidad del futbolista rosarino o individuos con la ‘10’ de Messi preguntando si van a sintonizar el juego del Inter de Miami.
"Nos cambiaron las reglas, antes era soccer y ahora es fútbol. Es un deporte para débiles, lo nuestro es la rudeza de la NFL", dice Tyler Fisher, un gringo-gringo en voz baja para que no lo escuchen los amantes de la nueva ola de La Florida al responder qué opinaba de este fichaje. Lo más gracioso es que la pronunciación de él, como de otros norteamericanos, al decir Lionel Messi es diferente. En resumidas cuentas lo llaman ‘Lee-o-nel Me-zzi’, tomando espacio entre letras y sílabas. Aún no aceptan algunos la llegada del Napoleón Bonaparte de la actualidad, que en vez de un arma lidera una revolución con una zurda mágica y mortal.
Cultura y economía
La llegada de Messi a La Florida marcó un hito. Las causalidades en la vida son claras. No hubiera sido lo mismo si Diego Maradona, otro Dios del fútbol, pero que encarnaba y simbolizaba al pueblo como tal, al crecer en polvorientas canchas, hubiese sido el que hubiera fichado por el Inter. Lionel representa una globalización económica mundial y aterrizó en un estado de dinero, lujos y excentricidades.
Ahora las calles, especialmente de Miami, son una alegoría al ‘10’. Murales, carteles, imágenes y publicidad hacen parte del turismo a este estado. Messi irrumpió en el famoso Wynwood Wall, un destino lleno de grafitis callejeros muy colorido, en el que ahora es mucho más visitado para sacarse una fotografía con su silueta creada por Maximiliano Bagnasco, el autor de la obra en homenaje al argentino.
La venta de camisetas se triplicó. Todos quieren la camiseta del Inter de Miami. Se vende más que las Bigmacs, la hamburguesa por excelencia de los Estados Unidos, y los hinchas la portan día y noche, creando una ola impensada.
Lo de Messi en La Florida en sus primeros tres meses es un cuento de hadas lleno de magia y mercadeo, que romperá más récords y que transformó deportiva, económica y culturalmente a este país. Los niños y jóvenes ya no se pelean por quién será Óliver o Tom, de los Supercampeones, en sus ‘picaditos’ de barrio, sino por quién será Lionel.
Es tan así el fenómeno que la reconocida canción de la agrupación argentina La Mosca, ‘Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar’, podría sufrir considerables cambios.
"En La Florida nací
Y por Lionel me convertí
Ídolo y genio
Que jamás olvidaré
No te lo puedo explicar
Porque no vas a entender
Las finales que perdimos
Cuantos años la lloré
Pero eso se terminó
Con la llegada de Lionel
Porque en el Pink Stadium
Yo me consagré
Muchachos
Ahora nos podemos ilusionar
Quiero ganar la primera
Quiero ser campeón mundial
Y desde La Florida
Alentándolo a Lionel, quiero ser campeón otra vez, y ser campeón otra vez".
Por: Felipe Villamizar - Miami (Estados Unidos)