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De niño vivió como un adulto, y de adulto se comportó como un niño. Diomedes fue un hombre humilde, trabajador, con disposición para ayudar a sus padres y a sus hermanos. Creció siendo un apasionado por la música vallenata, talentoso y constante al momento de alcanzar sus sueños, estas son solo algunas de las virtudes que lo convirtieron en ‘El Cacique de la junta'.
Gran cantautor, sus letras están llenas de sentimiento y poesía, las mujeres fueron su principal fuente de inspiración pues fue todo un enamorado y amante de las mujeres. Devoto de la virgen del Carmen, quien le inspiró y ayudó en momentos difíciles, no en vano en una de sus canciones recordó la fiesta de su patrona celestial.
De adulto, excesivo, sin límites. Siempre mostró una personalidad desbordante de alegría y euforia que reflejó así mismo en sus canciones y en sus presentaciones sobre la tarima, donde deleitó por muchos años a sus fervientes seguidores que aun hoy lo recuerdan y escuchan sus canciones como himnos de la música vallenata.
¡Con Mucho Gusto!, fue el lema que lo caracterizó.