El Chavo del 8 | Capítulos | El primer día de clases
Los niños están felices de volver a clases y Don Ramón aprovecha para esconderse de Doña Florinda en el aula del profesor Jirafales.
El chavo está muy emocionado porque al fin llegó el primer día de clases, pero no entiende por qué Kiko y la Chilindrina siguen sentados en las escaleras de la vecindad esperando a sus papás. Por esto, Kiko le explica que los papás siempre acompañan a los niños el primer día de escuela.
Inmediatamente, el chavo se cuestiona que entonces quién acompaña a los niños que no tienen ni papá ni mamá. A raíz de esto, Kiko se ofrece a prestarle a su mamá y la Chilindrina se ofrece a prestarle a su papá, pero el chavo termina yendo solo.
Al iniciar su primera clase, el profesor Jirafales se percata de que Don Ramón está en el salón de clases, pero no por las razones que él cree. Pues, según le cuenta el hombre al profesor, tiene muchas ganas de aprender, aunque realmente está utilizando el aula de clases para esconderse de Doña Florinda.
El chavo se asombra al ver a Don Ramón en el aula de clases y lo confunde con un niño muy viejo, pero el hombre se encarga de dejarle en claro que se trata de él mismo.
La presencia de Don Ramón desata una fuerte discusión entre los niños del aula y el señor no es que ayude mucho, pues cuando por fin los niños guardan silencio, Don Ramón continúa interrumpiendo.
Cuando por fin pudo retomar su clase, Popis lo interrumpe una vez más para corregirle que en varias ocasiones había repetido lo mismo, ocasionando una nueva discusión entre todos los niños.
Más tarde, Godínez también interrumpe la clase con un silbido bastante molesto para el profesor Jirafales, quien termina llorando en la pared.
El profesor retoma su clase una vez más y les pone varios ejercicios a los estudiantes, también a Don Ramón, quien no logra responder ni una sola pregunta.
Finalmente, Doña Florinda llega a la escuela y el profesor Jirafales sale a verla. Don Ramón aprovecha el momento y se hace pasar por el profesor, quien termina sorprendiéndolo.