El Chavo del 8 | Capítulos | El Ropavejero de la vecindad
Periódicamente el ropavejero visita la vecindad para realizar su trabajo, el problema es que los niños se asustan al verlo.
La Chilindrina está muy enferma, por eso su padre le compra medicina para que se mejore pronto. Aunque él hace esto con buena intención, la niña no quiere tomar el jarabe.
La Chilindrina le dice a Don Ramón que él debería tomar primero del remedio, para que así ella se anime y también lo haga.
Don Ramón acepta y cuando prueba una cucharada, se da cuenta que la medicina tiene un mal sabor y busca una alternativa para no tomarlo.
Él decide hacer una seña como si se estuviera despidiendo de alguien, para que la Chilindrina mire hacia otro lado y así poder escupir el jarabe sin que ella se dé cuenta.
Don Ramón hace esto en varias ocasiones. En ese momento, llega al lugar El Chavo con un cornetín; lo acciona, asusta a Don Ramón y hace que por accidente se tome el jarabe de su hija.
Don Ramón se enoja mucho y le dice a la niña que, si no se toma el remedio le dirá al ropavejero que se la lleve.
En ese instante llega un hombre a la vecindad que trabaja como ropavejero. La Chilindrina al verlo se asusta y de prisa se mete debajo de una alberca para que no se la lleven. Para evitar que eso suceda, El Chavo decidido le quita el costal al hombre y sale corriendo.
El ropavejero al ver que la Chilindrina y El Chavo actúan muy extraño frente a él, asombrado les pregunta a qué se debe esa actitud. Los niños asustados responden que van a impedir que él se lleve a la Chilindrina.
El ropavejero muy molesto le reclama a Don Ramón por el comentario hecho a los niños, pues él sólo quiere trabajar y no le gusta que los padres usen su labor diaria para asustar a los niños.
