El Chavo del 8 | Capítulos | Las aguas frescas del chavo
El chavo piensa en su economía y pone un puesto de aguas frescas fuera de la vecindad sin esperar que Kiko también pondría uno.
Doña Clotilde le pide al chavo que le haga un mandado a la tienda y le ofrece un peso de propina. El niño emocionado le cuenta a Kiko, quien le dice a su mamá que también lo envíe a la tienda para que le de cinco pesos de propina.
El chavo llega a la vecindad con las dos botellas de leche que le pidió Doña Clotilde, pero el niño toma un sorbo antes de entregársela pensando que no se daría cuenta. Sin embargo, la mujer le reclama por la falta de líquido y le pide que le diga la verdad. El niño le confiesa que no pudo aguantar la tentación y bebió un poco. A raíz de esto, la señora le da dos pesos: uno por ir a la tienda y el otro por decir la verdad.
El niño decide ir a comprar una torta de jamón, pero la Chilindrina no lo deja y le manifiesta que debe replantear sus prioridades, pues no puede estar pensando en comida siempre. Por esto, el niño comienza a pensar en qué podría gastar su dinero y termina montando un negocio de aguas frescas.
Don Ramón ve en nuevo negocio del niño y lo felicita. Para ayudarlo, el hombre decide comprar un agua fresca de un peso. Sin embargo, en ese momento llega el señor Barriga, quien le cobra la renta y en un descuido el hombre se va del lugar llevándose uno de los vasos del chavo. Al darse cuenta, el niño va en búsqueda de Don Ramón para recuperar su vaso.
Más tarde, Kiko le pone competencia al chavo y monta un puesto de limonadas al lado de él y comienzan una guerra de ventas, pero el chavito parece salir perdiendo luego de que el señor Barriga callera encima de su negocio. Sin embargo, el hombre lo compensa con dinero y a Kiko le da envidia y lo destruye para que el hombre le dé dinero.
