El Chavo del 8 | Confusión de cartas
En la vecindad hay un mal entendido por dos notas escritas por Don Ramón y el profesor Jirafales.
El profesor Jirafales hizo una carta donde le expresó todos sus sentimientos a Doña Florinda. Sin percatarse, la botó en el patio donde la chilindrina al alzó y la confundió con una nota que le había dado su padre para ir a la tienda.
Don Ramón estaba en el patio leyendo el periódico cuando salió Doña Florinda a colgar la ropa en el tendedero, los dos tuvieron una discusión, pues ella puso su ropa en el lado del tendedero de él.
Don Ramón intentó leer de nuevo su periódico, pero esta vez fue interrumpido por el Chavo, quien iba jugando con el palo de escoba. Cuando él se fue llego Quico a jugar con su pelota; estas interrupciones lo hicieron enojar aún más.
Don ramón quiso aventar la pelota de Quico a la calle, pero en este intento le pegó al profesor Jirafales que iba entrando.
Este le hizo el reclamo a Don Ramón, él le explicó que estaba cansado de Quico y su pelota. Pero mientras le explicaba sus razones, lo llamó “maestro longaniza”, lo cual enfadó al profesor. Él se excusó diciendo que los niños siempre lo llaman así.
Cuando Doña Florinda y el profesor Jirafales se vieron, como de costumbre sonrieron y se olvidaron de todo lo que sucedía. El profesor le dio un ramo de flores, pero Quico le dijo que siempre le daba lo mismo, que debería darle regalos diferentes a su mamá.
Aparte de las flores, el profesor Jirafales le hizo una carta a Doña Florinda, pero sin darse cuenta la botó en el patio; la Chilindrina la vio y la alzó, en ese momento su papá la llamó para que fuera a la carnicería y pidiera fiadas unas cosas.
La chilindrina al ver al Chavo le dijo que le llevara la nota del pedido de Don Ramón al carnicero, pero ella confundió los papeles. El profesor Jirafales envió a Quico al patio a buscar su nota, vio que la Chilindrina la tenía y se la quitó.
De inmediato Doña Florinda leyó la carta y sin saber que era una confusión pensó que el profesor Jirafales solo se estaba burlando de ella con lo que decía en la nota.
El Chavo volvió con la carta, ya que el carnicero había pensado que era una broma. Don Ramón le pidió al Chavo que se la leyera en voz alta, pero el niño no la lee correctamente, por esto Don Ramón tiene que corregirlo muy seguido.
Al finalizar la lectura llegó el profesor Jirafales y Doña Florinda a la casa de Don Ramón muy enojados, pensando que todo esto había sido obra de él.