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En realidad, Sol Angie teme que los abusos que sufrió siendo niña y que terminaron por provocar que huyera a la capital, la hayan dejado estéril. A pesar de todo, vive agradecida con Dios por la vida que le tocó vivir y por haber encontrado a Héctor, su marido, quien supo quererla, cuidarla y tenerle toda la paciencia del mundo.
Solecito no solo es bonita, ella "está más buena que el pan". Aunque no se maquille y se ponga la ropa más vieja y chirosa, siempre se ve “buenota”.