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Tiene una cara oculta: ante Alejandra y su familia es el perfecto novio y yerno. Es atento, detallista, entregado, de buena posición, respetuoso y preocupado por la salud de Jorge, el padre de Alejandra. Pero su realidad es otra: no tiene un negocio fijo en la firma de abogados para la que trabaja. Es un rico venido a menos, su pasado es algo oscuro, su interés por Alejandra es netamente económico, pero lo disimula muy bien.
Rubén quiere casarse antes de que Jorge muera para poder seguir manejando los pocos negocios de la familia y quedarse con la herencia de Alejandra. El accidente de ella obstaculiza sus planes, por lo tanto, hará hasta lo imposible para que Rafael pague por haberse atravesado en su camino y también para que Alejandra se case con él cuanto antes, así esté coja y endeudada.