Capítulo 25 – Parte 4 - Antipas ordena la ejecución de Juan 'El Bautista'
Jesús les enseña a sus discípulos a que den paz a las personas justas.
Todos los discípulos se preguntan si Mateo realmente seguirá siguiendo a Jesús, sobretodo porque intentan controlar a los dos hombres a los que el Hijo de Dios curó de sus problemas de ceguera que los habían aquejado.
Jesús reúne al grupo para decirles que:
“Llegó la hora de que ustedes también hagan la voluntad del Padre. La parcela es grande y pocos son los que trabajan en ella. A partir de ahora le doy a ustedes poder y autoridad sobre todos los demonios. Curen a los enfermos, liberen a los oprimidos y hagan que el Reino de Dios llegue hasta ellos”.
Los discípulos se cuestionan cómo van a poder ellos curar o realizar milagros, pero Pedro les recuerda que, si el Hijo de Dios les da el poder, solo deben tener fe para hacer esa clase de acciones divinas.
Jesús les pide que crean y luego les dice:
“Cuando entren a alguna casa, saluden a las personas, si fueran injustas denle a ellas la paz que está en ustedes. Más si no lo fueran, la paz que les dieron regresará a ustedes”.
La esposa de José de Arimatea llega a buscar información sobre Sila, pero le dicen que la empleada murió hace años, por lo que no le queda más remedio que revelar su verdadera identidad, que es la madre de Deborah a la que creían muerta hace años.
En la boda de su hija, Arimatea le cuenta a su nuero que en ocasiones como esas es donde más extraña a Eliza, la esposa que cree muerta después de que lo abandonó por sufrir de una terrible enfermedad que no pudieron curar.
Barrabás le pregunta a Marco que si es verdad que él fue capaz de entregar a su tío a los romanos por haber robado, pero no tiene más remedio que reconocer que hizo lo correcto.
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