Capítulo 26 – Parte 1 - Jesús les advierte a los discípulos que serán perseguidos

Jesús está con sus discípulos y les advierte: “Los estoy enviando a ustedes como ovejas en medio de lobos, por lo tanto, sean prudentes como serpientes e inofensivos como palomas. Tengan cuidado con las personas, pues ellas van a llevarlos a los tribunales y van a azotarlos en la sinagoga. Serán juzgados delante gobernadores y de reyes por mi causa, y ahí tendrán la oportunidad de testimoniar tanto a los judíos como a los gentiles. 

Si los apresan no se preocupen por lo que van a decir y ni el cómo, cuando llegue el momento recibirán las palabras correctas para ser dichas. Recuerden que no serán ustedes quienes estarán hablando, pero sí el espíritu del Padre por medio de ustedes.

Algunas personas entregarán a sus propios hermanos y otras entregarán a sus propios hijos, los hijos se levantarán contra los padres y los matarán, ustedes serán odiados por todos, por causa de mi nombre, más aquel que permanezca firme hasta el fin será salvado.

Cuando ustedes sean perseguidos en una ciudad, huyan para otra, pues yo les digo que el Hijo del Hombre volverá antes de que consigan recorrer todas las ciudades de Israel.

Ningún discípulo es más importante que su maestro y ningún ciervo es más importante que su señor. El discípulo debe estar satisfecho en ser como su maestro y el siervo en ser como su señor.

No tengan miedo, en el momento oportuno todo será manifestado, porque no hay nada oculto que no sea revelado. Teman a Dios y no a los hombres”.

Elisa llega a la boda de su hija, en la entrada Cayo, el soldado romano, le impide entrar a la ceremonia solo porque se ve como si fuera una mujer de la calle y no la esposa del gran comerciante José de Arimatea.

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