Capítulo 33 – Parte 4 - Hombre recupera su visión gracias a su fe | Jesús
El joven duda de ser merecedor de un milagro. Sin embargo, Jesús le dice que tenga fe y su visión será restaurada.
Felipe y sus amigos van caminando por la calle mientras él habla de los negocios de su hermano millonario. En ese momento ven a un hombre mendigo tirado en el suelo, Felipe lo reconoce, es su hermano el rico.
El joven le cuenta a su hermano que hizo todo mal y perdió su fortuna. Como si fuera poco, se quedó ciego. Felipe le ofrece llevarlo con Jesús para que sane su ceguera, pero él siente que no lo merece. Finalmente accede.
Los hermanos llegan donde el Mesías y el enfermo le dice que no es digno de la cura porque hizo muchas cosas malas.
De inmediato el hijo de María procede a hacer el milagro. Le pide que tenga fe, que crea en que se curará; al principio ve borroso, pero su fe aumenta y efectivamente recupera su visión.
Jesús le dice: “vuelve a casa y no entres a la aldea, no le cuentes a nadie lo que ocurrió aquí. Ve en paz”.
Como retribución al favor recibido, el joven invita a su hermano y a sus amigos a su casa para que compartan con su esposa y su hija.
Por otra parte, los soldados llegan a la casa de Judith en busca de Gestas, quien salió corriendo en dirección a ese lugar. Por poco descubren al prófugo que se esconde debajo de la cama, de no ser por Caifás que llega a su vivienda y les pide a los enviados por Poncio que se marchen.
Santiago le pregunta a Nicodemo si es posible perdonar la peor de las traiciones. El señor le da un ejemplo de los pecados que perdona Jesús, y le recalca que, Si Dios es todopoderoso para perdonar, ¿quiénes somos nosotros para no hacerlo?
El hombre se da cuenta que Santiago está pidiendo un consejo sobre qué debe hacer con Déborah luego de su traición, y le hace ver que ya dio su primer paso para hacerlo. Santiago le responde que no puede mirarla a los ojos sin sentir una gran decepción
