Capítulo 35 - Parte 4 - Judas roba dinero de los discípulos | Jesús
Tentado por Satanás, Judas roba dinero de las reservas que tienen los discípulos para comprar comida.
La sierva Temina y Antipas se encuentran en la habitación de él para consumar sus más bajas pasiones.
Bajando de la montaña Jesús y sus discípulos se encuentran con un feroz león, el Maestro los invita a no tenerle miedo y caminar delante del animal tranquilamente.
Uno de los discípulos aprovecha el descuido de los demás seguidores de Jesús y es tentado por Satanás a robarse unas monedas con el pretexto de guardar para el alimento de todo el grupo.
Tomás sospecha que Judas conserva dinero, así que le dice que necesita algunas monedas para comprar el trigo y una vez más trata de armarse una pelea por la influencia de Satanás. El joven empieza a creer que su amigo es un ladrón.
Un rato más tarde, Magdalena entra a una de las habitaciones de la casa y encuentra a Judas contando monedas. Él le manifiesta que guarda dinero por el bien del grupo porque a veces suelen malgastarlo en limosnas y cosas innecesarias. La mujer le insiste en que está mintiendo y que no está bien lo que él hace.
Los soldados romanos aparecen en la casa de Arcisa para arrestarla por falsa denuncia, ya que no lograron comprobar que Jesús y sus discípulos hicieran parte de los rebeldes que generan las revueltas.
Con el fin de protegerse de sí misma, Arciza culpa a su sierva de haber sido la directa responsable de difundir dichos rumores. Mateo aparece en escena y les pide a los soldados romanos que reconsideren su decisión de llevarla presa y que le den una nueva oportunidad de enderezar su camino.
Después de discutir y debatir, el hombre decide perdonar a Arciza solo porque Mateo es seguidor del Nazareno. En el fondo el soldado empieza a creer en los milagros que ha escuchado de Jesús con los enfermos.
