Jesús | Capítulo 76 | En medio de ramos, el Mesías habla de su futura muerte
A la entrada de Jerusalén, Jesús es recibido con cantos, palmas y con todo muchos del pueblo de su lado.
Luego de montar el jumento, Jesús entra junto a sus discípulos y sus seguidores a Jerusalén, en medio de cánticos, de ramos y de aclamaciones. Sin embargo esto no les agrada a todos en medio de la multitud y poco a poco se evidencia que hay detractores fuertes para el hijo de Dios.
Y es que, esta información llega hasta los oídos tato de Poncio Pilato, quien tiene un evidente rechazo por los judíos; por otro lado también se enteran de esto los sumos sacerdotes junto a Caifás, quienes no dudan en ir a su encuentro para buscar más argumentos para su crucifixión.
Ante el Sanedrín y el mismo pueblo, el mesías empieza a profetizar su triste destino, pero lo asume porque es parte de su misión en la tierra, de hecho, le pide una señal a Dios, quien envía un mensaje que deja estupefactos a muchos.
También Tadeo visita a Lucía, quien en su lecho casi moribunda, puede ver a quien es el amor de su vida, un deseo que la joven estaba esperando para supuestamente esperar la muerte, pero un milagro podría cambiarlo todo.
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