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Sara tiene 72 años, pero todavía se aprecia en ella la belleza de su juventud. De familia tradicional y con buena posición social y económica, se casó con Augusto Roldán, un empresario importante con quien fundó una cadena de restaurantes que resultó exitosa y formó un hogar compuesto por sus tres hijos: Nicolás, María Consuelo y Sergio.
Esta mujer lleva una gran tristeza en su ser: su hijo Sergio fue asesinado misteriosamente cuando apenas tenía 32 años. Este asesinato ocurrió el día que Sara cumplió 62 años, por lo que desde entonces le es imposible ver su cumpleaños como una fecha para celebrar. La muerte de Sergio partió la vida de Sara en dos, dejando de ser la señora respetable, emprendedora y admirada por su talante, para convertirse a los ojos de los demás en una demente incapaz de superar el pasado.