La rosa de Guadalupe | Capítulo 494 | Nadie se va del todo
Tanya debe lidiar con el fallecimiento de su esposo y el extravío de su hija, a quien no ha dejado de buscar durante nueve años.
Arturo es un hombre amoroso, atento y cariñoso con su familia, por tal motivo su hija, Romina, lo ama con todo su corazón.
El hombre anhela cumplir todos los deseos de la niña y le promete llevarla algún día a conocer el lugar donde se casó con Tanya, sin embargo, la fortuna frustra su sueño.
Arturo fallece en un accidente automovilístico y su deceso crea un vacío irreparable en el alma de Tanya, aunque la tristeza de la mujer aumenta al perder a su hija en un parque. La madre no puede con la culpa y durante nueve años pasa las noches en vela en pro de encontrar a Romina.
Una mujer muy amable la acoge en su hogar y la cría como suya durante ese lapso de tiempo, no obstante, ella jamás le ocultó la verdad del día en que la halló deambulando por la ciudad.
Desde el más allá, Arturo no desampara ni un segundo a Romina y por medio de sueños guía a la adolescente rumbo a la iglesia que tanto anhelo a conocer.
Tanya viaja desde muy lejos a visitar el templo que presenció uno de los días más felices de su vida y es ahí donde se reencuentra con Romina.
El espíritu de Arturo no aguanta las lágrimas, su llanto se desborda al cumplir su promesa y parte con la bella imagen de ver a sus dos amores reunidos después de tanto sufrimiento.