La rosa de Guadalupe | Capítulo 592 | Mis ojos de luz
Rosalba adopta a un perro callejero en pro de curar el vacío de su corazón y escapar de los incontables abusos verbales de su padre.
Rosalba es acomplejada por la soledad que vive en su hogar, pues sus padres trabajan todo el día y no pueden compartir tiempo junto a ella. No obstante, sus mayores complicaciones se deben al alcoholismo de su padre, Fulgencio.
Tras utilizar indebidamente dichas bebidas, el hombre es incapaz de mantener sus 5 sentidos y pierde la compostura sin importar el daño causado a sus dos seres queridos.
La tenue realidad de Rosalba cambia por completo al adoptar a un perrito callejero y ese ser de luz se convierte en la tan ansiada compañía que había guardado durante tanto tiempo, sin embargo, Fulgencio aborrece la presencia del animal.
El padre del hogar cruza los límites morales para deshacerse del cachorrito y lo abandona a su suerte en una calle muy lejana.
El karma no perdona las injusticias cometidas, por tal motivo Fulgencio sufre un aparatoso accidente en su lugar de trabajo y debe ser trasladado al hospital con el objetivo de tratar sus heridas.
Al despertar, los médicos le informan que el golpe le ocasionó una ceguera instantánea. Fulgencio no puede creer el anuncio e intenta continuar su cotidianidad sin tomar las precauciones necesarias.
El cachorro de Rosalba logra regresar a su hogar y de paso consigue salvarle la vida al principal responsable de los maltratos recibidos. Fulgencio se da cuenta de sus equivocaciones, dado que el nuevo integrante de la familia se convierte no solo en su guía posicional, sino también espiritual.