La rosa de Guadalupe | Capítulo 221 | Un vacío de amor
La ausencia de Abel provocó que César tuviera un profundo desaire.
Abel era novio de Érika cuando ella era menor de edad y quedó embarazada de él. Es así como los padres de Érika le dijeron que lo mejor era casarse con Abel para que su hijo creciera en un hogar.
Durante varios años, Érika soportó la indiferencia de Abel con ella y su hijo, pero en medio de la profunda nostalgia que sentía, Margarita, la madre de Abel, siempre fue el pilar de César y de Érika; gracias a su apoyo y amor.
Con el paso del tiempo, César abandonó a Érika porque él conoció a Aranza, con quien decidió construir un nuevo hogar y se fueron a vivir a otro país.
Cuando César ya era un adolescente, Abel volvió a casa de Margarita con su nueva familia y a pesar de que jamás volvió a ver a su madre, la buscó porque estaba en busca de un nuevo empleo.
Aranza desde un principio no se la llevó bien con la madre de Abel y posteriormente, Margarita fallece. Luego, la herencia que dejó Margarita, quedó distribuida entre Érika, César y Abel, a lo que se vienen ciertas confrontaciones entre Aranza y Érika.
A raíz de la división de las escrituras, César tiene una fuerte discusión con su padre y surge un incidente que le abre los ojos a Abel frente al interés que Aranza tenía de los bienes de él.
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