La rosa de Guadalupe | Capítulo 468 | Siempre hay un mañana

Victoria solo piensa en trabajar y vive una realidad automatizada, aunque todo cambia al conocer a Oscar, una persona divorciada en busca del verdadero amor.

Ellos dos congenian de una manera singular, pero con el paso del tiempo la actitud del hombre comienza a cambiar, dado que controla su manera de vestir y su vida personal, a pesar de ello, no le da importancia y piensa en casarse con él.

Victoria recibe el regalo de la vida y queda embarazada, pero el destino tiene otros planes para ella, así que la fortuna la abandona y pierde al bebe mientras dormía. La tristeza la invade, pero las malas noticias no frenan ahí.

Su madre descubre las mentiras de Oscar, puesto que él continúa con su matrimonio, asimismo espera un hijo con la otra mujer. Victoria se escuda en su trabajo para no perder los estribos, no obstante, conoce al fotógrafo de la empresa, llamado Eduardo, quien la ayuda a salir de ese oscuro y frío abismo.

Oscar se da cuenta de la relación construida y siente celos, por tal motivo opta por secuestrar a Victoria para que no sea de nadie más.

Eduardo descubre el paradero de su amada y acude a su rescate, sin embargo, el plan sale de la peor manera, pues termina herido, aunque la suerte le sonríe y la policía llega a tiempo para arrestar a Oscar.

Victoria cae perdidamente enamorada por Eduardo y no solo por haber hecho el intento de rescatarla, sino también por hacerla valorar su cuerpo, su espíritu y darle una razón para despertar cada mañana.