La rosa de Guadalupe | Capítulo 568 | Confianza ciega
Librado cuenta con la compañía de su mejor amigo, Maximiliano, pero tal cariño le impide ver el monstruo que alberga dicha persona.
Librado tiene una familia idílica que está conformada por su esposa, Rufina, y su hija Manuelita. Ambas mujeres son el motor de su vida, sin embargo, hay un tercer individuo en su extraordinario núcleo personal.
Maximiliano es la persona que lo ayuda en sus peores momentos, pues gracias a los diversos préstamos y regalos del hombre consiguió salvar la vida de la niña en una ocasión.
Él es un pilar fundamental en la estructura de dicho hogar, por tal motivo es considerado como un tío dentro de la vivienda, no obstante, ha mantenido un vínculo estrecho debido a un oscuro y horripilante cometido.
En una tarde a Rufina y Librado les queda imposible cuidar a Rufina, así que recurren a la figura de Maximiliano. Él aprovecha la oportunidad para cruzar todo límite racional de vulnerar la inocencia de la menor de edad, además de amenazarla a fin de acallar sus quejas.
La personalidad de la niña cambia de un momento a otro, pues su persona favorita en el mundo le hizo un daño casi incurable, a pesar de su silencio, Librado descubre toda la verdad detrás de la triste mirada de su hija y arremete en contra de su mejor amigo.
El padre decide acabar con la vida de Maximiliano al tenerlo ante sus ojos, pero su conciencia no le permite cruzar los lineamientos morales y decide detener tal accionar con el propósito de entregarlo a la policía.
Librado le pide perdón a Rufina por todo lo padecido en un silencio desolador, por consiguiente, promete cuidarla y no dejar que tales actos se repitan nuevamente.
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