La rosa de Guadalupe | Capítulo 821 | Chelita
Tras un traumático episodio en su niñez, donde fue humillada y avergonzada, Marcela buscará justicia hacia Vince y Rosaura.
Aprovechando el gran enamoramiento de Chelita por Vince, Rosaura, su novia, y sus crueles amigas arman un malévolo plan, donde el joven fingirá terminar con Rosaura y se dedicará a conquistar el corazón de Chelita, hasta hacerle creer que todo fue verdad, para luego hacerle una muy pesada broma.
El plan sale bien y tal como lo planearon, Chelita termina por creer que Vince sentía algo por ella, para al final burlarse de ella y humillarla, mientras la joven sufre profundamente, jurando hacer justicia.
Años después, Rosaura y Vince siguen siendo pareja y han creado una familia, sin embargo, el amor entre ellos ya no existe, pues el hombre está cansado de su relación y del aspecto físico de su esposa.
En la empresa donde trabaja, Vince conoce a su nueva jefa, Marcela, a quien no duda en conquistar y enamorar de él, sin saber que en realidad se trata de Chelita, la niña a quien humilló y le rompió el corazón.
Marcela, de a poco, comienza a ejecutar un gran plan que ha creado durante años y con el que promete hacer pagar a todos aquellos que la hirieron años antes. Con regalos, autos y lujos especiales, él cae ante Marcela, dejando a Rosaura y a sus hijos.
A pesar de los pedidos de su madre, para recapacitar y entender que no está actuando correctamente, Marcela sigue con su plan y termina comprometida con Vince, esperando pacientemente que llegue el gran día.
Tal como siempre quiso, Marcela se niega ante la pregunta del juez al casarlos, humillando a Vince y a Rosaura, a quien también invita a la boda, tal como él hizo con ella años atrás,
A pesar de lograr lo que quería, Marcela se siente vacía y culpable por lo que hizo, y siguiendo los consejos de su madre, hace lo posible para evitar que Vince vaya a prisión por fraude, pues eso también hacía parte de su cruel plan de justicia.
Al final, Marcela encuentra paz en el perdón dándose una nueva oportunidad no solo para progresar y avanzar, sino también para amar.
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