Las Amazonas, tres mujeres que lucharán por encontrar su verdadero amor
La historia de tres hermanas que lucharán por lo que les pertenece y por encontrar el verdadero amor
Victoriano Santos, dueño de la finca 'Las Dianas' y criador de caballos pura sangre, ha trabajado arduamente toda su vida y hoy es el dueño de un gran emporio de producción y procesamiento de lácteos.
Cuando era un joven sin dinero, conoció a Inés Huerta y se enamoraron para siempre. Inés fue, desde entonces, su fuerza motora, su apoyo y su compañera incondicional, pero la maldad de Loreto Guzmán los separó de la peor forma, ya que abusó de Inés y ella, embarazada y humillada, se vio obligada a alejarse.
Victoriano desconocía el abuso contra Inés y por creerla una ingrata, aceptó proteger a Diana, la esposa de Vicente Mendoza, su mejor amigo y dueño de 'Las Dianas', cuando éste fue trágicamente asesinado. El crimen de Vicente se le imputó a Loreto, pero también Victoriano fue sospechoso.
Loreto fue encarcelado y Victoriano se casó con Diana. Poco después Inés regresó con Emiliano en brazos, y Diana, quien estaba enferma de muerte, la protegió y la dejó a cargo de sus tres hijas: Diana, Casandra y Constanza.
Desde ese momento, Inés cuidó de ellas como una verdadera madre. Entre Inés y Victoriano seguía existiendo el amor, pero se interponían demasiados secretos y malos entendidos, por lo que Inés aceptó quedarse únicamente en calidad de ama de llaves.
Diana, Casandra y Constanza crecieron rodeadas de amor y se convirtieron en grandes amazonas. Diana, el orgullo de Victoriano, es ahora pieza clave en la administración de Sanlact, la procesadora de lácteos. Diana tiene serios enfrentamientos con Déborah Piñeiro, la reciente y joven esposa de su padre, pues está convencida de que Déborah es una arribista a quien sólo le interesa el dinero.
Diana está comprometida con Elías Villarroel, pero en el fondo sabe que no lo ama. Sin embargo, encuentra el amor cuando conoce a Alejandro San Román. Diana y Alejandro tendrán que defender su amor desafiando las constantes trabas de Victoriano, y más aún cuando Lisete regrese y quiera separarlos.
Sin saberlo, Casandra se enamora de Eduardo, el peor enemigo de su padre, y ambos, a pesar de la oposición de Victoriano y Bernarda, luchan para demostrar que su cariño es posible.
Los conflictos aumentan cuando Constanza, la menor de las hijas de Victoriano, se casa en un arrebato con Robby. Éste le costará muy caro cuando, ahora su esposo, abusa de ella, pero Emiliano la defenderá ante las adversidades y le mostrará que el verdadero amor también se construye con ternura y apoyo.
Por otra parte, Inés y Victoriano tendrán que aclarar los secretos que los abruman y reconocer que ni el tiempo ni la distancia han conseguido acabar con su amor y que aún pueden luchar por la felicidad que el destino les ha negado.