¿Qué características diferencian a un viajero de un inmigrante?
Aunque parecieran ser términos similares, debido a que los dos encierran infinitas aventuras, las diferencias están bien marcadas, más exactamente porque cuando se habla de cada uno se asocia un estilo de vida totalmente diferente.
Muchas veces hemos pertenecido a alguno de los dos grupos, ya sea el del viajero o el del inmigrante, sin embargo, nunca hemos detallado con exactitud qué hace que a pesar de que de las dos experiencias que tuvimos fueron inolvidables, ninguna de ellas se asemeja a la otra.
Estamos hablando de que cuando decimos viajeros los imaginarios son relacionados con diversión, exploración, inmersión, amigos, fiesta y muchas ‘selfies’; mientras que cuando hablamos de inmigración el imaginario está más encaminado a las oportunidades académicas y laborales en otro lugar diferente a casa.
Los viajeros, a diferencia de los inmigrantes, van explorando y planificando su futuro a medida de los acontecimientos que van ocurriendo durante su viaje. Ellos mismos van encontrando las oportunidades que puedan generarle una experiencia más enriquecedora y eso también está relacionado con las ganas e iniciativa que tienen no solo para conocer nuevas culturas, sino para sentirse parte ellas.
Podría decirse que aunque no es de vida o muerte que el viajero aprenda el idioma del país o de la región que visita, este sujeto lo aprende porque quiere tener la oportunidad de compartir miles de experiencias que enriquezcan su vida personal y además, también quiere aportar su granito de arena según sean sus costumbres o conocimientos.
Por su parte, el inmigrante es un tipo persona que va más encaminada a encontrar estabilidad. A diferencia del viajero, su vida debe ser planificada desde el principio para poder tener éxito en su nueva visita y adaptarse con mayor facilidad en otro lugar.
Este tipo de planificación incluye desde la estadía, el empleo o un cupo en una escuela o universidad, hasta aquellos documentos personales que no pueden faltar en la cartera de un inmigrante. Entre ellos está el pasaporte, la visa, en caso de ser necesaria; en muchos de los casos se requiere de un permiso o solicitud para poder trabajar en ese país, e incluso podría hablarse que en muchos casos se necesita de un seguro médico y uno que otro respaldo económico. Todo esto es tan importante ya que en caso de no tener lo esencialmente necesario, el inmigrante podría quedarse incluso sin un permiso para permanecer allí.
Otra de las diferencias más marcadas que tiene con el viajero, es que el inmigrante debe aprender sí o sí el idioma e incluso el lenguaje de su lugar de destino, ya que si no es capaz de comprender su entorno esto podría llegar a entorpecer sus oportunidades de encontrar la estabilidad que busca.
No se puede decir que pertenecer a alguno de los dos grupos es mejor que el otro, ni mucho menos que ser viajero es más divertido que ser un inmigrante, porque eso solo puede ser definido por el tipo de experiencia o de propósito que se tiene a la hora de emprender una nueva aventura.
Vije una experiencia de viaje con Más Lejos, Más Cerca desde el 1 de octubre a las 8:00 p.m., por el Canal RCN.