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Octavio es empleado de la empresa de Mauricio, es uno de los choferes, pero él es el dueño de su propio camión. Es un hombre amable, buen consejero y muy querendon de su hija Milagros. Desde que Milagritos llegó a su vida se volvió la reina de su existencia.
Octavio, hace tres años pasó por el trance más duro de su vida, luego de casi treinta años de matrimonio se vio frente al divorcio, las cosas con su esposa Elvira llegaron al punto de no retorno.
Octavio ya no la amo más y sintió que lo más honesto era que separaran cobijas, Elvira, a quién sólo le quedaba un poco de amor por Octavio aceptó el divorcio sin mucho lío.
Ahora, la expareja de esposos son más bien un par de amigos de cierta cercanía, o quizás, dos personas que no pudieron vivir más juntos pero que la soledad, o la costumbre mantiene en permanente contacto, tanto que Octavio se la pasa más en casa de Elvirita -como él siempre le ha dicho- que en su propia casa.
Allá desayuna, almuerza y come, allá va los fines de semana a pasar el tiempo, allá le lavan y le planchan la ropa pero siempre, al final del día, él vuelve a su pequeño apartamento a dormir.