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Verónica es una paisa amigable, buena gente, inteligente, consejera, solidaria, valiente y decidida. Una esposa maravillosa, complaciente, enamorada de su marido y fiel.
Como mamá es firme con sus hijos, se esmera por enseñarles valores, habla con ellos, les brinda mucho amor, los consiente y está pendiente de que hagan sus tareas.
Vero nunca descuida la casa, es hacendosa. Son muchas las cosas que le gustan de su gordito, como le dice a su esposo, pero en especial, ama la forma que la hace sentir mujer cuando están en la intimidad, le encanta lo varonil, picante y creativo de su marido en la cama.
Los resientes cambios en su ámbito laboral hace que empiece a descubrir la faceta, que Toño tenía bien camuflada, de machista, como nunca antes -en sus 15 años de conocerlo- ve ese machismo exacerbado de su marido, descubre en él sus complejos de superioridad frente a la mujer, lo empieza a reconocer como un ser descuidado y desatendido de las necesidades femeninas.
Ese nuevo Toño le desagrada lo quiere desaparecer, pero entre más se propone a hacerlo más se empeña Toño en mostrárselo.