Un himno en honor a la resiliencia y la berraquera del ‘hijo de Urrao’
No hay mejor manera de rendir tributo a una leyenda viviente del ciclismo que con una composición musical digna del aguante colombiano.
La historia de Rigoberto Urán ha impactado a todos los televidentes colombianos con su extraordinaria personalidad y un sinfín de vivencias dignas de los más grandes héroes.
La canción narra los inicios del pedalista antioqueño en su maravilloso pueblo tras rebuscar en variados trabajos con el único objetivo de ayudar a sus padres en los gastos económicos del hogar.
Los múltiples recorridos en la chica de su tío, las grandes distancias recorridas en la plaza del pueblo a fin de vender minutos de celular para que cada habitante pudiese comunicarse con el exterior del impresionante Urrao, además de la mini empresa de reciclaje y así ganarse el mote de un empresario intermunicipal.
Una motivación familiar
De la mano de su más cercanos allegados, no solo se relata acerca de los comienzos de una leyenda, sino también las grandes montañas surcadas a fin de conquistar el corazón de su amada, Michelle.
Asimismo, describe cómo en las empinadas calles del lugar aún se logran escuchar las ruidosas cadenas de su bicicleta. Tal sonido solo significa que ‘Rigo’ entrena sin descanso en pro de sobrepasar los baches con una sonrisa resplandeciente, pues el buen humor es la marca personal del hijo de un excelente chancero.
Por eso es indispensable conocer este himno de pies a cabeza para honrar a uno de los mejores ciclistas colombianos, quien es la viva personificación de esa clásica berraquera que caracteriza al pueblo cafetero.
Una resiliencia que ha marcado la historia de todo un país en busca de curar sus malas experiencias mediante las alegrías producidas por el deporte de alto nivel.
El maravilloso ‘Hijo de Urrao’
A mucho honor soy hijo de Urrao
Desde pela'o me la rebusco
No soy galán, pero seduzco
No soy llorón aunque llevo del bulto
Por boquisucio me creen inculto
Pero soy tierno como un poeta
Y cuando monto en mi bicicleta
Me siento el dueño de este planeta
Y cuando monto en mi bicicleta
Me siento el dueño de este planeta
Estudio y entreno y luego trabajo
Porque tengo que ayudarle a mi 'amá
Reciclo botellas y recojo frascos
Y montando en chiva me siento un pachá
Vendo minutos de celular
Soy empresario intermunicipal
Y en mi hoja de vida profesional
Dice chancero igual que mi 'apá
Para las tusas y tragas malucas
Siempre echo mano del buen humor
Todo me cuesta sangre y sudor
Pero disfruto lo que consigo
Los que me quieren me llaman, Rigo!
Soy montañero (¿Cómo qué?)
Como la arepa
Y pedaleando en mi bicicleta
El mundo entero será mi meta
Y pedaleando en mi bicicleta
El mundo entero será mi meta
Me acostumbre a tener el mundo cuesta arriba
La vida me golpea pero no me derriba
Soy simpático y gozón
Soy el invencible Rigo
Y ante cada resbalón
Me paro, me limpio y sigo
El mundo entero será mi meta
(Adiós pues)
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