Andy Rivera divirtió al jugar con realidad virtual con su hija
El cantante de música urbana empezó a grabar a su hija jugar, pero luego él no quería soltar el juguete.
Dicen que cuando uno tiene hijo no deja de ser niño y para muestra Andy Rivera con su peña hija, Hellen, quien pasa gran parte del tiempo a su lado y esos días para él son de inmensa felicidad.
Es por eso que cuando la niña está con él no duda en capturar momentos de alegría y de unión que vive a su lado. Y eso pasó hace poco, cuando el artista mostró la nueva adquisición de su pequeña que luego se convirtió en un divertido enfrentamiento.
En varios videos, Andy Rivera dejó ver que cómo Hellen era muy inteligente y se entendí perfecto con su juguete nuevo, pero además muy moderno, pues se trataba de una maquina mini de realidad virtual donde pueden jugar, bailar, y más.
Hija de Andy Rivera da clases de realidad virtual
La niña lo hacía muy bien, tanto que hasta a una de sus primas no dudó en enseñarle cómo se usaba el aparato de realidad virtual para que esta también lo disfrutara, pero mientras Andy Rivera la grababa pensaba que él también podía jugar, y no dudó en pedirle un turno a su hija.
En ese momento la niña cedió el juego a su padre y hasta se dispuso a grabarlo, y justo ahí se pudo ver que de entrada Andy Rivera no era tan bueno para esta clase de juegos tan avanzado, al tiempo la máquina empezó a hablarle en inglés y solo supo responderle, “gracias”, sin entender mucho lo que decían.
Andy Rivera demostró que la realidad virtual no está entre lo que mejor sabe hacer
Luego de varios intentos, Andy Rivera se vio ya metido en el juego, y mostró que se había decidido en uno que tuviera que ver con música, pues para eso, pensó que había formas de que le fuera mal. Pero no pasó de esa forma y además de eso dejó en evidencia que las nuevas tecnologías no es lo de él.
Y es que en menos de un minuto fue eliminado del juego y no le quedó más que volverle a ceder la máquina a su hija y su prima, quienes al ver que Andy queria una segunda oportunidad empezaron a cantarle que “ya nos toca, ya nos toca”, y él les resaltó que no, que lo dejaran jugar un rato más, pero no pasó, así que Andy Rivera pasó de ser jugador a de nuevo un admirador de estos juguetes que lo dejan impresionado, sobre todo por la forma diestra en la que su hija se desenvuelve con él.