Claudia Bahamón: de arquitecta "desgreñada" a top model por accidente
La presentadora contó hasta el último detalle del día en que la abordaron en la calle para ofrecerle ser modelo de una de las más importantes marcas del mundo.
La fama le llegó a Claudia Bahamón en el momento en que menos lo esperaba: cuando caminaba desprevenida por una calle bogotana con la pinta y look menos atractivos para un cazatalentos.
“En aquellas épocas de primípara en arquitectura, caminaba con mi perro por la avenida 82 con 12, con jeans rotos de bota ancha, camisa descualquierada, chaqueta remangada, plataformas de 15 cm, cinturón de taches, uñas negras, pelo desgreñado hasta la cintura, espalda encorvada y cero maquillaje”, relata la presentadora junto a una reciente imagen compartida en su Instagram.
La exitosa modelo jamás imaginó que ese día en que paseaba con un tubo lleno de planos a cuestas y gafas de aumento de marco negro muy ancho, una persona relacionada con Calvin Klein le iba a proponer que modelara para la mundialmente reconocida marca.
“Mi reacción fue cortante "no gracias, no soy modelo" y con miedo seguí caminando”, narra Bahamón, quien ante la insistencia del joven no tuvo más remedio que poner en contacto al agente con su hermano, su primer mánager.
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“La verdad es que tengo borrado lo que pasó de ahí en adelante, pero lo que me acuerdo es que de repente estaba metida en esta vitrina de Unicentro Bogotá. Un momento incómodo. Era muy charro ver cómo la gente se acercaba al vidrio a volear mano saludando a un ser desconocido”, evoca.
La huilense recuerda que esa misma semana estaba compartiendo con las más reconocidas modelos del momento: Amada Rosa Pérez, Catalina Maya, Carolina Castro, Adriana Arboleda y Lina Marulanda.
“Me impactó lo producidas! Jajaja pelos largos con ondas perfectas, todas con caras de muñecas, maquillaje impecable, pantalones apretados, escotes profundos, tacones, postura de reinas, mejor dicho, regias”, escribe.
En su colorido relato, Claudia recuerda la timidez que la invadió ante ese “mundillo de la farándula” al punto de creer que eso no era para ella, una mujer “normal” que no sabía cómo pararse con su pinta de “falda larga de lana de colores, plataformas, pelo liso y cero maquillaje”.
Sin embargo, concluye con orgullo una de las más importantes modelos del país, veinte años más tarde, con los planos de arquitectura en el olvido y “producida hasta los dedos de los pies”, hoy sus mejores amigas son aquellas frente a las que alguna vez se sintió intimidada, esas mismas que la han ayudado a crecer y ser todo lo que es hoy en ese mundo el cual jamás imaginó habitar.
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