Mateo Carvajal puso a prueba la fuerza de voluntad de Salvador con divertido reto
El influenciador quiso ver qué tanta resistencia tenía su pequeño hijo ante la tentación por hacer algo que no debe.
El creador de contenido Mateo Carvajal es sin duda alguna uno de los padres más cool que existe en las redes sociales, pues el instagramer aprovecha cada momento que pasa junto a su hijo para hacer de cada encuentro una experiencia inolvidable.
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En esta ocasión, el instagramer aprovechó la visita de su pequeño para celebrarle por quinta vez en este año su cumpleaños número tres en un crucero de Disney, en donde pudo compartir diversos momentos con varias de sus princesas favoritas.
En aquella ocasión, el deportista compartió diversas actividades que realizó junto al pequeño, entre esas el lanzarse por grandes toboganes que finalizaban en una piscina o el jugar mini golf.
Ahora, luego de este increíble viaje en crucero, el creador de contenido se encuentra de nuevo en su hogar junto a Salvador compartiendo momentos un tanto más caseros, pero muy divertidos.
MATEO CARVAJAL PUSO A PRUEBA A SU HIJO SALVADOR
Recientemente, por medio de las historias de su cuenta oficial de Instagram, en donde acumula cerca de cuatro millones y medio de seguidores, el creador de contenido compartió una serie de audiovisuales en el que se le ve dar unas pequeñas instrucciones a su hijo Salvador, con el fin de medir su fuerza de voluntad ante una tentativa situación.
“Hey! Señores, buenos días, los saludo con esta gripa espectacular que me dio. Bueno, hoy quiero poner a prueba a Salvador, hoy quiero ver si ese hombrecito sí me hace caso, se aguanta la tentación. Le voy a poner unos cheetos, le voy a decir que no se puede comer nada hasta que yo llegue a ver si el hombre es juicioso, a ver si el hombre me copia, si estamos haciendo bien el trabajo de padre, de pedagogía, entonces vamos a ver”.
Según se puede ver en los videos, Mateo le manifiesta a Salvador que antes de comerse un paquete de cheetos irá a buscar algo de tomar para acompañarlos, no sin antes destapar el paquete y dejarlo sobre la cama en la que se encuentra el pequeño.
Sin embargo, solo es cuestión de segundos para que Salvador se asegure de que su papá no está cerca para comenzar a comerse los cheetos.
Ante esto, Mateo le pregunta por qué no lo esperó para comerse las golosinas juntos, a lo que el pequeño le responde sin ningún resentimiento y con gran ternura: “porque no”.