Las razones para que el príncipe Felipe nunca fuera nombrado rey
Estuvo casado con la reina Isabel ll durante 73 años, pero nunca le otorgaron ese título, ¿por qué?
A escasos meses de cumplir un siglo de edad, se produjo la muerte del príncipe Felipe, también conocido como duque de Edimburgo. El monarca arrastraba problemas de salud desde hace un buen tiempo lo que, además, lo había obligado a retirarse de la vida pública en agosto del 2017.
Felipe igualmente ostentaba los títulos de conde de Merioneth y barón Greenwich, sin embargo, nunca llegó a ser nombrado como rey, pese a que estuvo casado con la reina Isabel ll durante 73 años, 68 de ellos desde que ella fuera nombrada reina legitima del Reino Unido en 1952.
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La primera razón para que esto ocurriera se deriva de las leyes que rigen la Casa Real Británica y que estipulan que un hombre que se casa con una reina solo puede recibir el título de príncipe consorte. En palabras de expertos, “el título de reina puede ser usado tanto para referirse a un monarca como para un rol ceremonial, mientras que en el caso del rey solo puede ser aplicado en referencia a un monarca”.
En ese orden de ideas, una mujer que se casa con un rey sí recibe el título de reina, como ocurrió con Carlota Mecklemburgo-Strelitz a quien le otorgaron ese nombramiento tras casarse con el rey Jorge lll.
Y la segunda razón es que al casarse con Isabel ll, Felipe renunció a sus títulos de príncipe de Grecia y Dinamarca, esto dado que era hijo del príncipe Andrew de Grecia y la princesa Alice de Battenberg.
En consecuencia, se podría concluir que para poder casarse con Isabel ll y apegarse a las leyes que rigen la Realeza Británica, Felipe dejó atrás la oportunidad de convertirse en rey en otro territorio.
El tiempo, sin embargo, le terminó dando la razón al fallecido príncipe que consolidó un gran matrimonio junto a la monarca inglesa, y fruto del cual nacieron cuatro hijos.
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El duque de Edimburgo sirvió al Ejército británico en la Segunda Guerra Mundial y se graduó como cadete con honores. No obstante, renunció también a la vida militar para seguir los pasos de su esposa y cumplir a cabalidad el régimen estricto de la poderosa monarquía europea.