¿Cómo cambia el sueño a medida que vamos envejeciendo?

A medida que envejecemos, nuestras horas de sueño tienden a empeorar. Los expertos afirman que los picos de melatonina, la hormona que regula los ritmos circadianos, disminuyen con la edad. Sin embargo, llevar una vida activa y regular los horarios de sueño puede ayudar a mejorar la calidad del descanso.

Expertos explican la razón por la que el sueño cambia a medida que envejecemos

Las necesidades de sueño varían a lo largo de la vida, por lo que es importante adaptar nuestros hábitos de sueño a cada etapa, especialmente cuando llegamos a edades avanzadas. Es fundamental no confundir los problemas normales de sueño con el insomnio, ya que esto podría llevar a un uso inadecuado de medicamentos.

Según Gonzalo Pin Arboledas, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Quirón Salud de Valencia y coordinador del grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría, el sueño es como un taller de reparación para nuestro organismo. A pesar de su importancia, entre el 20% y el 48% de la población adulta presenta dificultades para conciliar o mantener el sueño, según la Sociedad Española de Neurología.

¿Cómo cambia el sueño a medida que vamos envejeciendo?

El envejecimiento afecta tanto a los procesos fisiológicos como a los neuronales, incluyendo aquellos relacionados con el sueño, explica Beatriz Rodríguez Morilla, investigadora del grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño.

Los recién nacidos y los niños pequeños son quienes más duermen, entre 16 y 17 horas diarias, ya que su sistema nervioso central todavía se está desarrollando. En esta etapa, el sueño REM tiene mayor presencia en comparación con etapas posteriores. Además, la proporción de masa cerebral en los niños es mucho mayor, lo que aumenta sus necesidades de sueño debido al mayor consumo de energía del cerebro.

Otro cambio característico del sueño en la tercera edad es despertarse alrededor de las tres de la madrugada. Según Rodríguez, la cantidad total de sueño diario no cambia tanto en comparación con la edad adulta, pero está más distribuida a lo largo del día y la noche. No está claro si las personas mayores necesitan menos sueño o simplemente pierden la capacidad de obtenerlo.

Además, en las personas mayores se reduce el pico de melatonina nocturna, lo que afecta la regulación de los ritmos circadianos y puede estar relacionado con la redistribución del tiempo de sueño a lo largo del día.

Ante un despertar temprano, si no genera angustia ni estrés, se recomienda quedarse en la cama y relajarse. Sin embargo, si el despertar genera inquietud, es mejor levantarse y realizar alguna actividad, teniendo en cuenta a otras personas que pueden seguir durmiendo.

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