¿Eres adulto y duermes con peluche? Esto dicen los psicólogos
La psicología respalda esta elección y reconoce que no hay nada de malo en tener un peluche como compañero de sueños.
¿Eres de esos adultos que duermen con peluche? Pues no tienes por qué sentir vergüenza, ya que la psicología ha respaldado esta práctica como algo completamente normal. Un estudio publicado en la revista francesa Magic Maman en febrero reveló que dormir con un peluche puede ser beneficioso para la salud mental y emocional de las personas.
¿Qué dicen los expertos de que un adulto duerma con su peluche favortio?
Según la psicóloga Gwénaëlle Perisaux, autora del libro "Sanando las heridas del apego: Aprendiendo a construir vínculos pacíficos", los peluches tienen un papel importante en la tranquilidad y el confort emocional. Ofrecen una sensación de familiaridad y seguridad, y son capaces de aliviar el estrés y la ansiedad.
Perisaux explica que los peluches ayudan en la transición entre la zona de confort y lo desconocido. Además, simbolizan la protección y pueden ser una fuente de consuelo en momentos de cambios o traumas en la vida de las personas.
Contrariamente a lo que se podría creer, no son solo los niños quienes se sienten apegados a sus peluches. Perisaux destaca que existe un considerable número de adultos, especialmente entre las edades de 25 y 35 años, que aún conservan su peluche de la infancia e incluso duermen con él.
¿Por qué un adulto encuentra consuelo y compañía en una peluche?
El estudio revela que estos adultos encuentran en su peluche una compañía reconfortante que les ayuda a enfrentar situaciones estresantes como mudanzas, cambios laborales o rupturas. El tacto y el olfato del peluche actúan como una forma de mantener el cerebro en un estado tranquilo y relajado, sin necesidad de recurrir a elementos fantásticos.
La psicóloga recalca que sentirse estresado ante cambios en la vida es completamente normal, y que no hay nada de anormal en buscar la comodidad y el apoyo de un peluche. Incluso entre sus pacientes mayores de cuarenta años, muchos confiesan aún conservar su peluche de la infancia.
Ante esta evidencia respaldada por la psicología, se concluye que no hay nada de malo en dormir con un peluche, sin importar la edad que tengamos. Los peluches nos brindan afecto, seguridad y tranquilidad, desempeñando un papel importante en nuestro bienestar emocional.
Así que si eres uno de esos adultos que aún duerme con su peluche, no te avergüences. Al contrario, aprovecha todos los beneficios que este simple objeto puede aportarte. Tu salud mental te lo agradecerá.