¿Cómo evitar las infecciones que se pueden presentar en el embarazo?
Expertos explican lo que sucede en el cuerpo de la mujer y cómo salir de esos cuadros infecciosos.
El embarazo es una etapa maravillosa en la vida de una mujer, pero también viene acompañado de ciertos riesgos y preocupaciones. Una de las principales preocupaciones es la posibilidad de contraer infecciones que puedan afectar tanto a la madre como al bebé en desarrollo.
Es por eso que es fundamental tomar medidas de prevención adecuadas para mantener un embarazo saludable.
Así se pueden evitar infecciones en el embarazo
Una de las primeras medidas que se deben tomar es vacunarse contra la gripe. Investigaciones han demostrado que la vacuna contra la gripe administrada durante el embarazo es segura y efectiva para proteger tanto a la madre como al bebé. Es importante destacar que no se debe utilizar la vacuna en forma de atomizador nasal para mujeres embarazadas.
En caso de presentar síntomas similares a los de la gripe, es importante comunicarse de inmediato con el médico. En algunos casos, podría ser necesario el uso de medicamentos antivirales para tratar la gripe y evitar complicaciones.
Otra infección que debe tenerse en cuenta es la listeriosis, causada por una bacteria peligrosa que se encuentra en algunos alimentos refrigerados o listos para consumir. Esta infección puede provocar un parto prematuro o incluso un aborto. Si se presenta fiebre, dolores musculares, escalofríos o incluso diarrea y náuseas, es importante buscar atención médica y seguir el tratamiento con antibióticos correspondiente.
La quinta enfermedad es otra infección que puede afectar a las mujeres embarazadas. Aunque la mayoría no sufre problemas mayores, existe una pequeña posibilidad de que el virus afecte al feto, aumentando el riesgo de aborto durante las primeras 20 semanas de embarazo.
Además, esta enfermedad puede provocar anemia severa en mujeres con trastornos de glóbulos rojos. Los síntomas incluyen sarpullido en el rostro, tronco y extremidades, así como dolor e inflamación en las articulaciones. Actualmente, no existe una vacuna para prevenir esta enfermedad, por lo que es importante tomar medidas de higiene y consultar al médico si se presentan los síntomas mencionados.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) también representan un riesgo durante el embarazo. Si el bebé se contagia de alguna ETS durante el período de gestación o el parto, pueden presentarse complicaciones graves como mortinato, bajo peso al nacer e infecciones potencialmente mortales. Realizarse pruebas para descartar ETS durante el embarazo es clave, ya que muchos de estos casos presentan síntomas silenciosos en las mujeres. Mantener relaciones sexuales seguras y seguir el tratamiento adecuado en caso de diagnóstico son medidas esenciales para prevenir el contagio al bebé.
El parásito Toxoplasma, presente en las heces de los gatos, la tierra y la carne cruda o poco cocida, puede representar un riesgo para el bebé en desarrollo si la madre se contagia. Esta infección puede provocar sordera, ceguera o discapacidades cognitivas en el feto.
Para prevenirlo, se recomienda lavarse las manos con jabón después de tocar tierra o carne cruda, así como lavar los utensilios de cocina con agua caliente y jabón. En caso de infección, se emplean medicamentos tanto para el tratamiento de las mujeres embarazadas como para tratar al bebé después del nacimiento.
La importancia de visitar a un experto ante cualquier emergencia
La infección de las vías urinarias es otra preocupación común durante el embarazo. Si no se trata a tiempo, puede extenderse a los riñones y causar un trabajo de parto prematuro. Los síntomas incluyen dolor o ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, dolor pélvico, escalofríos, fiebre o sudores. El tratamiento con antibióticos es la opción más común en estos casos.
Por último, es importante tener en cuenta la candidiasis vaginal, que ocurre con mayor frecuencia durante el embarazo. Aunque no representa una amenaza para la salud del bebé, el tratamiento puede resultar incómodo o difícil. Los síntomas incluyen picazón extrema en la zona vaginal, ardor, irritación e inflamación. En estos casos, se emplean cremas y supositorios vaginales.
Es fundamental recordar que, si una mujer embarazada experimenta cualquier molestia o preocupación, debe comunicarse de inmediato con su médico o partera. Algunos cambios físicos pueden indicar un problema y es necesario recibir atención médica especializada. El cuidado adecuado durante el embarazo puede prevenir complicaciones y promover la salud tanto de la madre como del bebé en desarrollo.