Mitos sobre el mal aliento: descubre cómo tener tu boca fresca
Descubre si el enjuague bucal, cepillarse por más 45 segundos y comer chicles pueden ayudarte a evitar el mal aliento.
El mal aliento, conocido también como halitosis, es un problema que afecta a muchas personas en diferentes momentos de su vida. Ya sea al acercarse a un ser querido o al compartir una charla cercana con un amigo, la preocupación por el mal aliento siempre está presente. Afortunadamente, existen medidas sencillas que se pueden tomar para prevenirlo de manera efectivas y en SuperLike te revelamos algunas de ellas.
¿Por qué se origina el mal aliento?
El mal aliento se origina en la boca debido a la acumulación de bacterias que producen olores desagradables. Cuando no se lleva a cabo una higiene bucal adecuada, estas bacterias se desarrollan y proliferan en los restos de comida que quedan en la boca y entre los dientes. Los compuestos sulfurados liberados por estas bacterias son los responsables de generar el mal aliento.
Además, algunos alimentos, como el ajo y la cebolla, que contienen aceites intensos, pueden agravar el mal aliento, ya que estos aceites son transportados a los pulmones y posteriormente liberados por la boca. Otro factor importante que contribuye al mal aliento es el hábito de fumar.
Mitos sobre cómo evitar el mal aliento
En este sentido, es importante aclarar algunos mitos relacionados con el cuidado y la prevención del mal aliento. Uno de ellos es la creencia de que el uso de enjuague bucal puede eliminarlo por completo. Sin embargo, los enjuagues bucales solo ofrecen una solución temporal, por lo que se recomienda utilizar un enjuague bucal antiséptico, que mate las bacterias causantes del mal aliento, y que reduzca la placa dental. Es fundamental buscar en el mercado productos dentales con el sello de la Asociación de Odontólogos de Estados Unidos (ADA) y también consultar al dentista para recibir recomendaciones específicas.
Otro mito común es pensar que el mal aliento desaparecerá tan solo con el cepillado dental. La realidad es que la mayoría de las personas cepillan sus dientes durante un período de tiempo insuficiente, de tan solo 30 a 45 segundos. Para una limpieza efectiva de todas las superficies dentales, se recomienda cepillarlos durante al menos 2 minutos, al menos dos veces al día.
Es igualmente importante cepillar la lengua, ya que las bacterias tienden a acumularse en esa zona. Además, el uso de hilo dental complementa la higiene bucal, ya que el cepillado solo no es suficiente para eliminar la placa y las partículas de alimentos que se acumulan entre los dientes y las encías.
Un tercer mito es creer que simplemente al respirar en la mano se detectará el mal aliento. Sin embargo, al hablar, tendemos a expulsar los olores desagradables que se originan en la parte posterior de la boca, donde se produce el mal aliento. Al respirar, este proceso no tiene lugar y, además, nos acostumbramos a nuestro propio olor, lo que dificulta la detección del mal aliento.
La higiene oral, clave para evitar el mal aliento
Si se está preocupado por el mal aliento, es esencial mantener una adecuada higiene oral. Además del cepillado y el uso del hilo dental, el consumo de chicles o mentas sin azúcar puede ayudar a enmascarar temporalmente los olores desagradables.
En caso de que a pesar de mantener una higiene bucal correcta y visitar al dentista de forma regular, el mal aliento persista, puede ser señal de un problema médico subyacente, como la sinusitis o enfermedades de las encías. Ante cualquier sospecha, se recomienda contactar con el médico o dentista, quienes estarán capacitados para evaluar la situación y brindar soluciones adecuadas.
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