Esta es la razón por la cual no deberías gritar a tus hijos para educarlos

Desde pequeños, se nos enseña la importancia de hablar con respeto y evitar levantar la voz. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los padres adoptan la costumbre de educar a sus hijos a base de gritos? Expertos advierten sobre las consecuencias a largo plazo y brindan consejos para educar sin recurrir a este método.

Por esta poderosa razón no deberías educar por medio de gritos

Según Mireia Navarro Vera, directora del centro de psicología y logopedia El Teu Espai, educar sin gritar requiere de autocontrol, paciencia y tiempo. Aunque no existen estudios que confirmen las consecuencias de crecer en un ambiente con gritos constantes, Navarro Vera advierte que los niños aprenden de los ejemplos que les dan sus padres. Si los padres gritan cuando están enfadados, los niños aprenderán que el grito es una forma válida de expresarse cuando ellos mismos se enfaden.

A veces, los padres vinculan el alzar la voz con lograr que sus hijos les respeten. Sin embargo, ser firme no implica gritar, sino poner límites y mantener las decisiones. La experta aconseja demostrar a los hijos que se cumple lo que se dice, estableciendo límites con paciencia y perseverancia. Cambiar este hábito requiere de autocontrol y rectificación constante.

¿Cómo evitar los gritos al momento de reprender a tu hijo?

Existen algunos trucos que pueden ayudar a los padres en este proceso, como comprometerse con los hijos para que les ayuden a dejar de gritar o hacer un pacto de hablar sin elevar la voz. Sin embargo, aunque se logre evitar los gritos en la mayoría de las situaciones, es posible que ocasionalmente ocurra una recaída. En estos casos, la experta aconseja pedir disculpas y recordarles a los hijos que los gritos no son la forma adecuada de comunicarse.

Educadores y psicólogos subrayan la importancia de educar a los niños en un ambiente en el que se fomenten el respeto y la comunicación positiva. Evitar los gritos y enseñarles a expresarse de manera adecuada contribuye al desarrollo de habilidades sociales y emocionales saludables.

En resumen, educar sin gritar es posible, pero requiere de esfuerzo y paciencia por parte de los padres. Adoptar un tono de voz adecuado y establecer límites con firmeza son herramientas fundamentales para criar a nuestros hijos de manera saludable y respetuosa.

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