¿Qué es la dieta BARF y qué beneficios trae para tu perro?
El éxito de este alimento consiste en brindar a tu mascota un 80 % de proteína animal y un 20 % de frutas y verduras.
La dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food o Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados) es una nueva modalidad de alimentación para perros, la cual se basa en la preparación de comidas crudas, frescas y naturales.
La popular forma de alimentación, creada por el veterinario Ian Billinghurst, parte de la idea de que los perros al ser descendientes de los lobos están diseñados biológicamente para recibir este tipo de alimentos, sin químicos ni aditivos.
Beneficios del BARF en tu amigo canino
Entre las ventajas de esta opción de comida se encuentran el alto contenido de vitaminas y minerales, importantes para el buen desarrollo del sistema digestivo; incremento del apetito, al incluir variedad en los alimentos; aumento de la energía y vitalidad; fortalecimiento del pelaje; aumento de su masa muscular y una mejor resistencia a los parásitos con el fortalecimiento de su sistema inmunitario; mejora la consistencia de sus heces; reduce la obesidad y aumenta considerablemente la hidratación en tu mascota.
Para que todos estos beneficios se evidencien, es indispensable garantizar una dieta BARF con alimentos de muy buena calidad y con las proporciones e higiene adecuadas para evitar bacterias y parásitos indeseables, pero cumpliendo con sus necesidades nutricionales.
¿Cómo preparar la dieta BARF en casa para tu perro?
Ante todo, es recomendable consultar con tu veterinario la posibilidad de incluir esta dieta en el plan de comidas de tu mascota, ya que puede variar de acuerdo a la talla, el peso, el estilo de vida o la raza. De tener autorización, ten en cuenta incluir:
• 60% de huesos con carne y músculo y triturarlos muy bien.
• 25% de carne magra.
• 15% frutas y verduras crudas, huevos y vísceras. Evita las uvas, cebollas, ajo o aguacate.
• Esta dieta es sin conservantes y sin cereales.
La dieta BARF es aconsejable para todo tipo de edades, pero si en este caso la mascota se ha alimentado principalmente de croquetas, es recomendable realizar el cambio de forma gradual, evitando alteraciones en su sistema digestivo. Esta transición puede tomar dos a tres semanas y es indispensable iniciar combinando las croquetas con el alimento crudo, hasta que se reemplace completamente.