Sebastián Martínez habló sobre su personaje en Pálpito, la nueva serie de Netflix

Este miércoles llegó a Netflix una historia de drama, amor y ficción que invita a la audiencia a sumergirse en un mundo lleno de misterio.

Con Ana Lucía Domínguez, Sebastián Martínez, Michel Brown y Margarita Muñoz como protagonistas, Pálpito se suma a la lista de nuevas producciones originales en Colombia: Ritmo Salvaje, El Robo del Siglo, y Diomedes: El ídolo, el misterio y la tragedia, así como a la lista de melodramas latinoamericanos que han emocionado a muchísimos fans como ¿Quién mató a Sara?, La venganza de las Juanas, El Reino, Oscuro Deseo, entre otras.

Pálpito promete un mundo de misterio en el que los espectadores podrán experimentar el suspenso.

SEBASTIÁN MARTÍNEZ Y ZACARÍAS CIENFUEGOS

El actor Sebastián Martínez, quien dará vida a Zacarías Cienfuegos, un personaje que hará lo que sea necesario para preservar su amor con Camila Duarte (Ana Lucía Domínguez), cueste lo que cueste, habló en entrevista sobre su personaje en esta nueva entrega de la plataforma de streaming y sobre su versatilidad al momento de adaptarse a nuevos personajes.

“Me siento cómodo porque pues el ser humano tiene de todos los lados y el villano, pues todos tenemos nuestras partes oscuras (…) ningún personaje es malo, ni bueno, si no que simplemente todos son reales y actuando en una circunstancia específica que en este caso es qué harían por amor. En esa medida es muy rico poder estar en estos proyectos”.  

Además, habló sobre el lado bondadoso de su personaje dentro de esta producción, en donde resaltó que “el amor, esa conexión con el amor, con la mujer, con la pareja, porque él lo controla todo en el sentido del poder, del dinero, de las relaciones, de la autoridad, pero pues nuestro lado flaco siempre va a ser el amor. Imperios se han perdido por amor, es ahí donde siempre está ese lado humano y es ahí en donde está el corazón de Zacarías”.  

También habló de los retos que representaron este personaje en él y los momentos en que sintió su corazón acelerado.

“La emoción de saber que teníamos en nuestras manos una gran historia, con una gran apuesta. Eso lo aceleraba mucho y la frecuencia cardiaca la bajaba cuando tenía que hacer a Zacarías, porque tocaba calmarse”.