Mateo Carvajal y Stephanie Ruiz divirtieron al subastar sus pertenencias
La reconocida pareja decidió subastar algunas de las pertenencias que no le gustaban el uno del otro.
Los objetos que Mateo Carvajal y Stephanie subastaron. (IG: @mateoc17).
La reconocida pareja de influenciadores, Mateo Carvajal y Stephanie Ruíz, se han ido ganando el corazón de los internautas por medio de sus ocurrencias, pues a diario suelen divertir a sus seguidores con diferentes dinámicas en las que las puyas son las protagonistas.
En esta ocasión, la pareja de comprometidos sorprendió a los internautas al anunciar que subastarían algunas de las pertenencias que no les gustaba el uno del otro, luego de que Mateo utilizara unos enormes tenis que habrían dañado la cama de Stephanie.
“Mateo me dañó la hijup** cama con esos caramplones (tenis) Mira cómo dañaste toda la base cama”, aseguró la mujer, quien horas más tarde apareció en las redes junto a Mateo para anunciar que iniciarían con la respectiva subasta en la que claramente la joven optó por ofrecer dicho calzado.
Los objetos que Mateo Carvajal y Stephanie subastaron
Luego de manifestar que Stephanie estaba molesta porque había dañado su cama, el influenciador aseguró que iniciarían con la famosa subasta en la que, claramente Stephanie ofreció los enormes tenis de Mateo.
“No me la aguanto más que, porque me puse unos hijuep** tenis hoy que a mí me gustan, qué problema, que disque ya le dañé todo el apartamento, que le hice huecos al piso. (Stephanie: vamos a subastarlos y sabe que es tan conchudo que dice que si me dan quinientos mil yo los vendo) Empecemos a subastar cosas”.
Y es que al parecer sí hubo un interesado en este tipo de calzado, pues según se puede ver en el audiovisual, compartido por medio de las historias de la cuenta de Instagram de Mateo, un internauta habría ofrecido trescientos mil, los cuales Stephanie aceptó.
Mateo Carvajal subastó un arreglo floral en forma de oso a precio regalado
Por su parte, Mateo optó por subastar en cincuenta mil pesos un arreglo floral en forma de oso que había recibido Stephanie de alguien más.
“¡Subasta! Miren este oso, no tengo ni p*ta idea de quién se lo dio, pero no fui yo, aquí me toca dormir al lado de esta maricada. La voy a vender en cincuenta lucas. Den sus mejores apuestas, es bonito. Es más, denme cuarenta mil y salgo de esa maric*da rápido”.
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