¿De Robinson Díaz? Sara Corrales confiesa que se enamoró de un hombre casado
El haber trabajado con este hombre en una producción hizo que Corrales se enamorara perdidamente.
Sara Corrales cuenta que se enamoró de un hombre casado | AFP / VALERIE MACON
La reconocida y talentosa actriz paisa, Sara Corrales, quien se ha destacado por haber construido una gran carrera tanto a nivel nacional como internacional, decidió abrir su corazón en público y dar detalles de su pasado emocional.
Sara Corrales se enamoró locamente de un hombre casado
Sara decidió hablar de esta parte privada de su vida en entrevista con un medio internacional. Lo que más sorprendió a los espectadores fue que admitió que se enamoró perdidamente de un actor colombiano mientras trabajaban en una producción nacional de hace años.
Se trata de Robinson Díaz, quien, de acuerdo con Sara, tenía muchas cualidades que la cautivaban como lo talentoso que era. No obstante, también recalcó que fue él quien le insinuó que tuvieran el romance y que insistió bastante hasta que ella aceptó.
“Me enamoré loca y perdidamente, era muy niña. [Él] era muy talentoso y fue un hombre que, durante mucho tiempo que duraron las grabaciones, estuvo detrás de mí […] ‘Ay, por favor, ay, no, o sea, no eres mi estilo, no me gustas’, pero estuvo ahí y ahí, durante no sé cuánto tiempo, hasta que finalmente, pues caí y me enamoré completamente” expresó la famosa colombiana.
Aunque Sara sabía que Díaz estaba comprometido, las estrategias del hombre para conquistarla funcionaron bastante bien y, por más que ella quiso no caer en esta relación prohibida, al final se dejó llevar.
¿La historia continuó después de su trabajo juntos?
Corrales, además, contó que, luego de que ella saliera del país para seguir construyendo su carrera a nivel internacional, se volvió a encontrar con Robinson, pero que esta vez ella pudo dejar claro que las cosas entre los dos estaban más que terminadas.
“Me lo vuelvo a encontrar varios años después aquí en México, ya era una mujer, por supuesto ya no creía en los cuentos de hadas que en su momento me dibujó y le dije: ‘¡Ay, mi vida! No, muchísimas gracias, de verdad ubícate, ya no soy la misma niña, ya soy una mujer, muchísimas gracias, pero no, bye’”.
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