Así puedes ayudarle a un niño a vivir un duelo por una pérdida
Los niños también enfrentan momentos difíciles y de pérdidas en la vida y debes estar atento a sus maneras de manifestar su dolor.
Así puedes ayudarle a un niño a vivir un duelo | AFP / SANJAY KANOJIA
El duelo y la pérdida son experiencias universales que atraviesan a personas de todas las edades, incluyendo a niños y adolescentes y es por esto que resulta tan importante comprender cómo los niños enfrentan el duelo y qué medidas pueden tomar los adultos para brindarles alivio y apoyo emocional.
A pesar de que los niños pueden experimentar pérdidas, como la muerte de un ser querido o mascota, la separación de los padres, una mudanza o la ruptura de una amistad, su capacidad para comprender y procesar el duelo varía según su edad.
Según el psicoanálisis, el duelo es un proceso complejo que implica una serie de procesos internos a través de los cuales una persona elabora la pérdida. Es importante destacar que los niños de hasta 3 o 4 años no comprenden la muerte como algo definitivo, confundiéndola a menudo con el sueño. Entre los 4 y los 7 años, aún consideran que la muerte es un hecho temporal y reversible, mientras que recién a partir de los 5 y los 10 años entienden que la pérdida es final e irreversible.
No debemos engañar a los niños sobre la pérdida y las emociones que conlleva
Así pues, resulta relevante que los adultos no oculten ni engañen a los niños sobre la realidad de la pérdida, ya que los niños y niñas tienen la capacidad de lidiar con procesos elaborativos de duelo. Es crucial brindarles un espacio donde puedan expresar sus emociones y permitirles vivir el proceso a su propio ritmo.
Hay manifestaciones esperables del duelo infantil, como la conmoción, la confusión, la ira, el miedo y la culpa. Los niños más pequeños pueden tener dificultades para expresar sus emociones verbalmente y su dolor puede reflejarse en cambios en su comportamiento, problemas de sueño o regresiones en su desarrollo. Por otro lado, los adolescentes pueden experimentar una amplia gama de emociones y buscar respuestas en sus amigos, páginas web y blogs.
En cuanto a la muerte de uno de los padres, es importante que el progenitor sobreviviente y la familia compartan su tristeza y vulnerabilidad con el niño. Las demostraciones de cariño y el tiempo compartido son fundamentales en estos momentos difíciles.
Hay pérdidas más traumáticas para los niños que otras
En casos de muertes violentas, como los femicidios, el impacto en los niños y niñas huérfanos es especialmente brutal, ya que han presenciado y sufrido la pérdida de una madre. En estos casos, se requiere una asistencia inmediata y una contención familiar urgente.
Cada niño, niña y adolescente necesita su propio tiempo para procesar y elaborar la pérdida, y los adultos deben vincularse de manera sensible y empática con su dolor.
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