¿De dónde nació la tradición del día de los Santos Inocentes?
El 28 de diciembre se celebra un día lleno de humor. Sin embargo, su origen está marcado por la barbarie.
¿De dónde nació el día de los Santos Inocentes? | AFP / HAZEM BADER
Este miércoles 28 de diciembre se celebra en varios países del mundo el día de los Santos Inocentes. Una jornada en la que las personas se hacen bromas e ‘inocentadas’ para divertirse un poco entre familiares y amigos.
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¿Dónde se originó el día de los Santos Inocentes?
Aunque hoy en día es una festividad llena de risas y alegría, el origen de la fecha como tal es una historia de mucha barbarie que está basada en las creencias cristianas. El relato habla de la matanza que ordenó Herodes cuando le informaron que nacería el Mesías, quien los destronaría de su mandato.
Herodes, al ver que acababa de nacer ese supuesto nuevo rey, mandó a asesinar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, Judea.
De allí viene el nombre de Santos Inocentes, pues se nombraron a estos pequeños como santos y son inocentes porque, teniendo tan poca edad, no habían podido haber cometido ningún pecado.
En el cristianismo siempre se ha conmemorado este día y se dice que los monaguillos de las iglesias empezaron a hacerse bromas cada 28 de diciembre, costumbre que fue pasando poco a poco a sus familias y amigos, llegando a consolidarse como una fecha para jugarse bromas en toda la sociedad.
¿Por qué es el 28 de diciembre?
Hay allí una imprecisión en las fechas, debido a que la iglesia católica conmemora este día el 28 de diciembre, pero de acuerdo con la historia, el rey se entera del nacimiento de Jesús luego de la visita de los Reyes Magos, por lo que la matanza no pudo haber sido ordenada sino hasta después del 6 de enero.
Ya es tan común esta tradición en Colombia que hemos visto que muchos medios de comunicación se unen a la celebración publicando sus errores más graciosos durante todo el año de tal forma que puedan reírse de los periodistas, reporteros y presentadores incluso entre ellos mismos.
