¿Por qué el cuerpo a veces pide comer “algo de dulce”? Expertos responden

Según expertos en el cuidado de la salud, el cuerpo humano puede "pedir" alimentos dulces debido a la generación de endorfinas en el cerebro después de satisfacer la necesidad de consumir azúcar. Sin embargo, detrás de este impulso incontrolable pueden existir causas de origen orgánico.

¿Por qué en ocasiones el cuerpo pide “algo de dulce”?

Una de las posibles razones detrás de este deseo descontrolado por comer alimentos dulces, es la disminución de los niveles de azúcar en sangre que se produce por la restricción de la ingesta alimentaria de este tipo de comida.

En ocasiones, después de pasar por intervenciones quirúrgicas, las personas solo pueden consumir cantidades reducidas de alimentos, lo que provoca sensaciones como mareos o falta de energía.

La disminución de los niveles de glucosa en la sangre desencadena una señal rápida en el cerebro, indicando la necesidad de reponer energía. El azúcar, al ser un alimento que aporta una gran cantidad de glucosa al cuerpo y fácil de ingerir en cantidades pequeñas, se convierte en una elección preferida y placentera, según reveló el portal mundodeportivo.com.

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Otro factor que puede influir en este deseo de alimentos dulces es el estrés, pues en este tipo de situaciones el cerebro aumenta la producción de cortisol, conocida como la hormona del estrés. Esta hormona tiene la función de elevar los niveles de azúcar en la sangre, lo que explicaría el deseo de consumir alimentos dulces. No obstante, a largo plazo, el cortisol puede tener efectos en el metabolismo, como la acumulación de grasas.

Esta es la razón por la que el cuerpo le pide algo de comer dulce

La búsqueda de alimentos reconfortantes y placenteros, como aquellos ricos en azúcar, también puede estar relacionada con el estado emocional de las personas. En momentos de ansiedad, la ingesta de alimentos azucarados puede mejorar temporalmente el estado de ánimo al aumentar los niveles de dopamina en el cerebro, conocida como la "hormona de la felicidad".

Es importante destacar que este efecto placentero es de corta duración, lo que puede llevar a un ciclo continuo de consumo de alimentos azucarados para mantener la sensación de bienestar. Esto puede convertirse en un patrón difícil de romper con el tiempo.